Seguro que muchas veces empleamos la palabra jabón para referirnos a la típica pastilla de toda la vida que se usa para lavarnos las manos, pero que probablemente no os hayáis preguntado el origen de la palabra o qué significa desde el punto de vista de la química. La R.A.E. define jabón como “producto soluble en agua resultado de la combinación de un álcali con los ácidos del aceite u otro cuerpo graso, que se usa generalmente para lavar”. Aunque no está del todo claro, parece ser que el uso del jabón se remonta a los sumerios alrededor del año 2800 A.C., en la antigua Mesopotamia. Algunos autores hablan de que pudo tener origen en el Monte Sapo, en Italia, dónde se hacían sacrificios de animales. La grasa de éstos, al mezclarse con las cenizas de los fuegos de los rituales, formaba una sustancia con poder de limpieza. La palabra jabón procede del latín, sapo, que a su vez pudo ser tomada de sebum (sebo).
Ciñéndonos a la definición de la R.A.E., hemos de conocer primero qué es un álcali (también llamado base) en química. Un álcali es una sustancia que en disolución acuosa aporta iones OH⁻ y por tanto da como resultado un pH comprendido entre 7 y 14. Por el contrario, un ácido aporta iones H₃O⁺ y su pH está entre 0 y 7. Existen otras propiedades que difieren entre ácidos y bases pero en las que no voy a entrar porque nos extenderíamos demasiado. Una definición “más química” de la palabra jabón sería: sal sódica o potásica de un ácido graso, el cual puede ser vegetal o animal. Un ejemplo de ácido graso vegetal sería el ácido oleico, que predomina en el aceite de oliva. Un ejemplo de ácido graso animal sería el ácido esteárico. La reacción química que se produce entre un ácido graso y una base fuerte (hidróxido de sodio o potasio) se le conoce con el nombre de saponificación. Se trata de la hidrólisis de un éster en medio básico:
Si en la reacción química anterior utilizamos hidróxido de sodio (sosa cáustica) se forma un jabón sólido, si el reactivo es hidróxido de potasio, KOH (potasa), se forma un jabón líquido.
¿Por qué limpian los jabones?
Los jabones tienen gran capacidad de limpieza debido a su estructura química, que posee una parte la cual tiene afinidad por la grasa (lipófila o hidrófoba) y otra parte que tiene afinidad por el agua (hidrófila o lipófoba). Las sustancias con esta doble afinidad (por la grasa y por el agua) se les conocen como sustancias anfifílicas o anfipáticas. Aunque hablaremos más detenidamente de ellas en el artículo ¿qué es un tensioactivo?, podemos ver en la siguiente figura la doble propiedad de los jabones. La cola representa la parte hidrófoba (no polar) del jabón y la cabeza es la parte hidrófila (polar).
La cola, de carácter lipófilo, disuelve la grasa y la cabeza, de carácter hidrófilo, solubiliza al conjunto en agua. De esta manera se produce el proceso de limpieza. Un proceso que se da cuando nos limpiamos las manos con un jabón de tocador pero que no sólo es común para los cosméticos sino para productos detergentes en general.
BIBLIOGRAFÍA
1-Laboratorio de química orgánica I, 2º curso grado en química, módulo 36455, curso 2018-19, Universitat de València.
2-www.rae.es
3-www.wikipedia.es
4-Jean-Louis Salager, Surfactantes. Tipos y Usos. Cuaderno FIRP S300-A. Universidad de los Andes, facultad de Ingeniería, Mérida (Venezuela), 2002.